top of page

¿Cuál es el lugar del cuerpo en nuestra cotidianidad?

Comentario para Cuerpo en estado de sitio de Maiá Noé

Desde una visión crítica acerca del pos-capitalismo o del anarcocapitalismos financiero las voces de los intérpretes se alzan con discurso ecologícos-ambiantalistas, feministas, en contra de la patologización del cuerpo y del discurso clínico.


La dramaturgia, construida a partir de aportes individuales de los intérpretes, apunta a brindar un tiempo-espacio de reflexión para suspender el frenesí en el que vivimos y nos predispone a preguntarnos ¿cuál es el lugar del cuerpo en nuestra cotidianidad?


Para comprender cabalmente a “Cuerpo en estado de sitio” se nos hace necesario partir el experimento en 2 unidades superpuestas: por un lado está lo que el cuerpo nos dice con palabras, desde este relato es que podemos hilar y construirle un sentido a esta propuesta de exploración; por el otro están las acciones corporales de carácter más abstracto que los intérpretes desarrollan a lo largo de la obra.


Es sin lugar a duda el objetivo de la misma interpelar a sus espectadores, esto lo podemos vivenciar a partir de la disposición circular que adquiere el espacio escénico posibilitando mirarnos entre todos los involucrados (¡oda al siempre cambiante MACHADO!) o los recursos compositivos que su directora pone en juego cuando por ejemplo somos enfrentados por los intérpretes y observados directamente en los ojos durante unos minutos (quizás haciendo alusión a la performance de Marina Abramovic).


Este además de parecer ser su objetivo también parece ser su zona peligrosa y es que cuando la interpelación se vuelve central dentro del discurso de una obra trastoca el valor artístico de la misma forzando a la experiencia sensitiva propia de la danza a virar hacia una experiencia explicativa, entonces el valor pasa a ser experimentado a partir de la línea argumental y la autoridad que el expositor tenga en la materia que exponga (algo de lo que se vive en una conferencia, una masterclass, un seminario). Un camino posible para sortear estas dificultades es fundar la interpelación en la afectación que los intérpretes puedan estar vivenciando a lo largo de la obra, en ese sentido es necesario destacar el trabajo de Sarah Gerodez y Ernesto Sebastián Greco a la hora de interesarnos por su actuación dentro de la obra pura y exclusivamente por su compromiso físico y emocional en ella.


Entradas destacadas
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
bottom of page